Mientras los árboles tocan el cielo yo toco el suelo con mis manos.
Todo lo que pensaba era infinito.
Las manos que antes veía me guardan ahora en silencio.
Los picos de la luna son el tobogán de mis sueños.
Mi pelo es una nube de tormenta.
Tus ojos, un mar de incertidumbre.
La caída al precipicio es el vuelo que siempre soñé.
domingo, 15 de julio de 2012
jueves, 17 de mayo de 2012
miércoles, 2 de mayo de 2012
Te vas.
Yo quedo aquí sentado, arrastrando mis pies sobre el asfalto.
Sonando como un lápiz afilado que busca desgastarse en el papel.
Creando una nueva realidad escondida, asustada de verte para no volverte a ver.
Eres sueño. Un sueño no mostrado al que deberé dar forma en el espacio para que alguien sin nombre te pueda olvidar.
Yo quedo aquí sentado, arrastrando mis pies sobre el asfalto.
Sonando como un lápiz afilado que busca desgastarse en el papel.
Creando una nueva realidad escondida, asustada de verte para no volverte a ver.
jueves, 26 de abril de 2012
Soledad
Las horas pasan sin sentido tras la
amarillenta ventana de Andrés, envejecida por el cálido aire nacido entre las
espigas.
Las cigüeñas muelen las nubes del azul cielo
de verano.
Los vilanos huyen imitando a las golondrinas,
que presas por el miedo a su fragilidad, se esconden en las cuevas que hacen
brillar su corazón.
El viento sortea los faroles, que pronto
crearán un eterno anochecer.
Todo es idílico y tranquilo.
A lo
lejos se oyen silbidos de mariposas atardecientes, ocultas bajo el reflejo de
la turbia tormenta de hoguera.
Las ventanas se rompen, bailando al son de la
mirada que el niño envía a un infinito.
Pero los vidrios caen, rasgando la tela que
narra unos sueños ya olvidados.
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